martes, 1 de abril de 2014

El mundo emocional de los/as niños/as


"Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma" (F. Luis de león)



Muchas veces tenemos la sensación que algunos niños/as no están familiarizados con los sentimientos. Parece que no se dan cuenta de lo que sienten. Pero, ¿cómo puede ser esto cierto? ¡Los/las niños/as sienten!

Tal vez sea que los/as niños/as están en desarrollo y su capacidad para estar y expresar las emociones es diferente a la de los adultos. Muchas veces entendemos que al no poder expresar con la palabra, como lo hacemos los adultos, no están sintiendo, creencia totalmente errónea.




¿Cuál es la realidad de su mundo emocional?
El mundo emocional de los niños/as se desarrolla a lo largo de su crecimiento y está relacionado con otras dimensiones del desarrollo humano. Conviene saber que este desarrollo afectivo-emocional es importante ya que determinaran las competencias socio-emocionales que tendrá de adulto. 

El mundo emocional del niño/a empieza en el momento en que el padre y la madre saben de la existencia de su existencia. La propia actitud del padre y/o de la madre durante el embarazo, los estímulos, mensajes y sensaciones que recibe el bebé, van dando forma y sentido a la relación del bebé consigo mismo y con los demás, con los vínculos que establecerá y que están directamente relacionados con el desarrollo emocional.

En el momento de nacer y durante los primeros meses el desarrollo emocional tiene un papel fundamental ya que el bebé tiene mayor sensibilidad y receptividad a su entorno. El bebé viene a este mundo con la capacidad de sentir cuatro o cinco emociones básicasalegría, tristeza, rabia y miedo, algunos autores consideran el asco como otra emoción básica.
Ya en los primeros meses puede distinguir si la voz de su figura de apego muestra tristeza, alegría o enfado y es capaz de auto-regularse mediante su cuerpo (Ej.: el/la niño/a que se muerde la mano para calmar su deseo). Sus emociones son aún de manera auto-inconscientes, pero toda la información de su entorno y sus vínculos (su figura de apego) harán que a partir de los 2 años el niño/a pueda pensar y evaluar sus propias emociones. 
Para que lleguemos a este punto va a ser importante la seguridad y la confianza que desarrolle en su figura de apego y, la intensidad y calidad en las interacciones con los iguales y con otros adultos.

A partir de esta edad y hasta los 7 años será importante que el niño/a conozca y explore las emociones en su totalidad para llegar a una plena consciencia de ellas. Normalmente en esta etapa se dan las "rabietas". Estas explosiones emocionales nos llevan a pensar que el/la niño/a "no sabe controlarse". Esto no es del todo cierto, más bien se trata de un cambio. El/la niño/a está experimentando una serie de emociones nuevas, emociones complejas (frustración, orgullo, vergüenza, envidia, etc.) que le llevan a tener que crear nuevas maneras de aceptarlas y manejarlas. Este esfuerzo muchas veces no es visto ni entendido pero lo cierto es que los mensajes de los adultos próximos respecto a estas emociones, van a ser fundamentales para su crecimiento emocional. En esta etapa las figuras de referencia (papá, mamá, abuelos, etc.) van a tener que hacer un esfuerzo también por mirar, aceptar y entender estas emociones en los/las niños/as y su expresión. Además va a ser muy importante que recojan y devuelvan a modo de "etiquetas" estas emociones para guiar al niño/a en su proceso de descubrimiento emocional. 

Después de los 7 años y hasta los 12, límite subjetivo para la adolescencia, el/a niño/a va a expresar el control de estas emociones en sus iguales y en otros adultos. Por lo que todo lo aprendido emocionalmente en la etapa anterior va a tener su expresión en esta. 

Por todo esto e independientemente de sus capacidades o limitaciones en cada etapa, vemos que el mundo emocional del niño/a necesita de una figura guía. Esta va a ser fundamental para que el/a niño/a se conozca a sí mismo,  se sepa aceptar y mirar, encuentre un sentido a sus relaciones y en conjunto se desarrolle emocionalmente. 

Podemos señalar ocho necesidades básicas que debe fomentar la figura guía del niño/a: 
  • Hablar sobre sus sentimientos.
  • Saber qué tipo de sentimientos existen.
  • Entender que todo el mundo tiene sentimientos.
  • Saber que los sentimientos se pueden expresar, compartir y comentar.
  • Aprender que pueden escoger la forma de expresarlos.
  • Familiarizarse con las variaciones de sentimientos para ayudarles a tomar contacto con lo que sienten.
  • Saber la relación entre cuerpo y sentimientos: nuestro cuerpo muestra lo que sentimos y a través de él (con ciertos movimientos) podemos sintonizarnos y aprender de él.
  • Aprender que el cuerpo almacena el sentimiento no lo expulsa por lo que debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo para llegar a nuestros sentimientos.

Te escucho……grita, llora, muerde, empuja, ríe, habla.
Te abrazo……fuerte, débil, intensa, cálidamente.
Te siento……cerca, lejos, latir, respirar, vivir.
Te acepto……eres tu, eres YO.

Raquel Bañuls ;)