"El peor de los males que le puede suceder al hombre es que llegue a pensar mal de sí mismo (Goethe)"
Ocurre a diario... Nos miramos al espejo "interno" y vemos... ¿Qué vemos? ¿Que nos pasa cuando miramos profundamente? Qué ven los niñ@s cuando se miran más allá de lo que los ojos ven?
Entonces, hablamos de autoestima... Nos preocupa lo que pensamos y sentimos de nosotr@s mism@s, nos preocupa lo que nuestros niñ@s piensen y sientan de ellos mism@s.
¿Qué podemos hacer para favorecer una autoestima sana, tanto en nosotr@s como en los niñ@s?
La autoestima responde a la pregunta: ¿quien soy yo en el contexto de mis relaciones con los demás? Es un juicio de valor que hacemos sobre nuestras capacidades, limitaciones y potencialidades, sobre nuestro Ser. Se construye a partir de la internalización de las reacciones y respuestas de los demás y es consecuencia de encuentros interiores y experiencias.
Por tanto, es importante lo que nos decimos a nosotros mism@s y a los demás (los mensajes directos e indirectos enviados) y, la comprensión que hacemos de nuestro mundo a través de nuestras percepciones, sensaciones y los mensajes recibidos.
Imaginemos por un momento una situación familiar...
" El niño pregunta a la madre: ¿Que te pasa, mamá? Estás triste. La madre le responde con voz tensa, reprimida: No me pasa nada, estoy bien. El padre acota, furioso: ¡No molestes a tu madre! El niño pasea su mirada entre la madre y el padre, perplejo e incapaz de responder al reproche. Comienza a llorar. Entonces la madre grita al padre: ¡Mira lo que has conseguido!" (Branden, N. 1990).
En esta situación, ¿cómo puede el niñ@ comprender sus percepciones, sensaciones y los mensajes que le envían sus padres? Lo único que le queda es: buscar algo con lo entretenerse, BORRAR todo el incidente y, reprimir sus sentimientos y percepciones, ¡no entiende nada! Los mensajes enviados de manera indirecta son:
- Mis percepciones y sensaciones son equivocadas
- No puedo confiar en mis percepciones y sensaciones
- No es adecuado que exprese lo que percibo y/o siento
Mejor, NIEGO la realidad porque no consigo entenderla.
Muchos de los mensajes enviados por los padres/madres, sin pretenderlo, encubren mensajes in-directos a las emociones, percepciones y sensaciones de los niñ@s. En definitiva dan información sobre la percepción emocional del niñ@, sobre la valoración que hace de sí mismo, sobre su autoestima.
Asimismo no podemos olvidar los mensajes enviados de manera directa. Aquí vamos a detenernos en dos tipos de mensajes: las críticas y el excesivo aprecio, ambos nocivos para una autoestima sana.
Se habla mucho de las críticas y de su carácter negativo para el desarrollo de los niñ@s, pero tal vez se presta poca atención a los "excesivos aprecios" que llevan al mismo camino.
Un excesivo aprecio seria por ejemplo: "Que bien tocas el piano hija, ¡tenemos una Mozart en la familia!" A primera vista esto nos puede parecer halagador y bonito, adecuado para la autoestima del niñ@, pero el mensaje encubierto es: "No basta con ser quien soy, tengo que llegar a ser... Mozart" y "Llegarás a ser lo bastante bueno siempre y cuando cumplas las expectativas de papá y mamá".
Quizás pueda parecer duro y exagerado, pero he aquí la realidad de las palabras que tocan la autoestima.
A menudo nuestros discursos de adultos (hacia nosotr@s mism@s o hacia los demás) incluyen este tipo de mensajes que no contribuyen a VERSE tal y como uno es, sino tal y como nos gustaría llegar a Ser por lo que el encuentro único y puro con nosotr@s mism@s no se produce nunca.
¿Qué podemos hacer para encontrarnos con nuestro Ser y fomentar la autestima en los hij@s?
Para responder a esta pregunta cabria hacerse otra: ¿cuales son mis frustraciones? Solo prestando atención a nuestra experiencia podemos comprender cómo es nuestra autoestima actual y cómo "enfocamos" una autoestima sana en nosotr@s y en los hij@s.
- Escuchar activamente (¿cómo soy capaz de escuchar?)
- Estar con el sentimiento (¿somos capaces de estar en el silencio y esperar?)
- Asimilar la experiencia completa (¿he asimilado mis experiencias?)
- Hacer visibles los sentimientos y percepciones (¿estamos preparados para "ver" lo que sentimos?)
- No negar nuestros sentimientos ni los de los demás (¿Me doy cuenta de lo que siento en el momento que ocurre?).
- Transmitir confianza (¿confiamos en nosotr@s?)
- Dar afecto, respeto y reconocimiento
... nos acercarán a nuestro Ser y al Ser del otr@ en estado puro.
Un día vi a alguien con un tatuaje que rezaba así: "Soy quien soy" sin más. El SER en estado puro, mi imagen, mi autoestima no supeditada a los logros presentes o futuros, mi YO único, mirado y aceptado, mi AUTOESTIMA.
Solo podemos potenciar nuestra autoestima y la autoestima de los hij@s mirando más allá, observando nuestras emociones y las emociones de los demás. Reconocer, expresar y aceptar las emociones, porque emociones y autoestima forman un todo indivisible, son el punto de encuentro para el crecimiento personal.